![]() Los tendidos elevados o aéreos (postes y cables eléctricos, telecomunicaciones o tvcable), son omnipresentes. Estas redes pueden encontrarse abundantemente a lo largo de las calles y avenidas saturadas de las ciudades chilenas. Mal decoramos nuestras ciudades con ellos. Son sin duda, parte de sus postales más auténticas. No se trata de excepciones. No es nada fácil conseguir una fotografía urbana sin que en ella sea “retratado” algún cableado eléctrico. Las fachadas quedan literalmente “rayadas” con estas líneas negras. Los edificios quedan ocultos tras ellas, como si casi de una jaula se tratase. PLANETARK considera oportuno iniciar una campaña por ocultar (soterrado) de los tendidos eléctricos elevados y, al mismo tiempo, invitar a unirse a todos quienes simpaticen con ella. Aspiramos a que las generaciones siguientes no crezcan “cercados” por de toda clase de cables, ni expuestos a ellos. A una recuperación de las veredas y de los barrios heridos con tanto “rasjuño” y degradados con tanto “arañazo”. Según datos del sector (electroindustria / junio 2012 pág. 34), existen en Chile 2,5 millones de postes para instalaciones de distribución eléctrica y un total de 168 mil kilómetros de tendido para instalaciones de distribución, y sólo un 2% de ese total está actualmente soterrado, es decir, instalado bajo tierra. Como respaldo complementario, PLANETARK ha comenzado un proceso de investigación de información objetiva. La magnitud debe dimensionarse y documentarse adecuadamente. Se contemplan estudios y análisis de costos, estadísticas y catastros que permitan estimar y evaluar el impacto. Paralelamente, se trabaja en un sistema de conductos soterrados integrales y registrables y, que permitan encontrar una solución sostenible al gravísimo y a la vez complejo problema al que se ha llegado. ¿Por qué no podemos disfrutar de espacios públicos libres de estas barreras arquitectónicas, libres de riesgos de accidentes, libres de estos altísimos niveles de contaminación visual? En efecto, una contaminación antiestética que estropea la imagen urbana, el paisaje urbano y menoscaba el valor patrimonial. Quien ha tenido ocasión de visitar y observar grandes capitales, sabe bien que es viable hacerlo y que es posible evitarlo. El 2005 se informó a la opinión pública que la mesa de trabajo entre Chilectra y otras autoridades sectoriales ha fracasado sin alcanzar los resultados esperados. El proceso se encuentra bloqueado. Compañías eléctricas afirman que el sobrecosto asociado sería traspasado íntegramente a los usuarios finales y que esto supondría duplicar el valor de la tarifa de facturación actual. Actualmente el proyecto de ley de soterramiento de redes se encuentra en el Congreso Nacional, el proyecto de ley de soterramiento de redes, ingresado por moción del senador [PS] Juan Pablo Letelier, y que la Comisión de Vivienda lo ha aprobado para que sea sometido a discusión con el fin de legislar al respecto. Esta ley en principio, obligaría a las empresas al soterramiento del tendido aéreo en las ciudades con población superior a 50.000 habitantes en un plazo de dos años. En caso de promulgarse la ley, las eléctricas que no cumplan serán multadas con un pago anual de entre 1.000 a 5.000 UTM (entre US$80.000 y US$400.000), monto que será destinado a las arcas municipales. Salvo la económica, no hemos encontrado otro argumento para conservar criterios urbanísticos que desestimen o sencillamente rechacen el soterramiento del tendido eléctrico. A esta altura del desarrollo del país, no encontramos una sola razón consistente, para que los ciudadanos chilenos continúen privados de un tendido eléctrico soterrado. De la contaminación acústica y atmosférica se habla mucho, y existe en la sociedad actual una gran conciencia respecto de los beneficios que reporta su reducción. Así como también hay claridad y consenso ante el respeto al derecho de todo ciudadano a no ser expuesto a tales contaminaciones, si así lo desea y manifiesta. En el caso de la contaminación visual, por el contrario, debemos ser enfáticos en afirmar y reiterar lo fundamental que es trabajar seriamente por alcanzar una sensibilización social, así como una cultura de respeto similar, análoga o incluso superior. El espíritu de esta campaña es invitar a compartir con decisión un compromiso con una ciudad noble e íntegra. Digamos SÍ a la introducción de la tecnología, pero no de cualquier forma y no de cualquier manera. Creemos que en estas prácticas radica la diferencia entre una sociedad que piensa, de una sociedad que no lo hace. Hoy por hoy se admiten con resignación, inercia o costumbre, importantes desconsideraciones a los principios de convivencia, así como criterios de orden elemental y organización congruentes. Los tendidos eléctricos son fundamentales para el funcionamiento de una ciudad, qué duda cabe, pero se debe ser consciente que son parte de su red de servidumbre, y como tal, es un despropósito exponerla y menos aun lucirla. Un urbanismo incapaz de distinguir (ni otorgar grados de protagonismo diferente) entre un poste eléctrico y una escultura, da como resultado bochornoso ciudades sencillamente impresentables. |
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